lunes, 12 de diciembre de 2011

De amar. . .de amor.


Una de las cosas más complejas que a mi parecer tiene el ser humano, y más que nada las mujeres, es cuando hablamos de cuestiones de amor; cosa tan compleja viene a cambiarnos el mundo hasta cierto punto en el cual ni nosotras mismas nos podemos comprender. A mí me ha sucedido, aunque pocas veces. Creo que las cosas más importantes en este tema me sucedieron entre el final de mi preparatoria y durante toda la universidad. La típica feria donde entras y te diriges a esa montaña rusa en donde buscas, persigues, encuentras, aparece y desaparece esa cosa llamada amor. El primer acontecimiento "amoroso" que pude experimentar fue ya hace algunos años, con aquel individuo un poco pasado de años para mí; él 26 y yo 18 (ahora que lo escribo, veo una diferencia abismal en la edad), pero cuando uno se enamora se vuelve ciega a ese tipo de detalles. La historia fue la de siempre, tengo a mi mejor amiga que tiene un maestro de guitarra, maestro que tiene una bandita de rock, en dicha agrupación se encuentra el vocalista y bajista, alto, de tez apiñonada y con los ojos más grandes que me haya encontrado en esos 18 años; una sonrisa tan caracteristica y un sentido del humor muy poco notorio a mi parecer. Llega el día en que hacemos que se den las coincidencias, o más bien armar un plan en el que todo parezca una "gran coincidencia". En fin, asistó a un ensayo, mi amiga me presenta con él, cruzamos miradas, risas y pequeñas anecdotas: ¿a qué te dedicas? ¿qué te gusta hacer? ¿cuáles son tus pasiones?...etc...etc. Meses después asistó a una fiesta donde "coincidentemente" la banda del chico en cuestión toca. Me dedica una canción frente a todos, y en ese momento tiene toda mi atención, hasta ese momento ha sido el primer acto de conquista que no puedo pasar por alto. Salimos unas cuantas veces, nos confesamos, y llega la pregunta esperada ¿quieres ser mi novia?, a la cual yo acertó sin dudarlo. La duración del noviazgo abarca cerca de un año, sin embargo, meses más tarde nos damos cuenta que no somos tan compatibles como lo pensabamos en un principio, que nuestros rumbos estan marcados por caminos totalmente diferentes y que nuestros intereses en corto y mediano plazo nunca funcionaran. Lo anterior parece ser tan repetitivo, cada vez que nos enamoramos. Conoces chico, se presentan, se gustan, salen, besos, abrazos...novios. Sin embargo con el paso de tiempo y con la edad, las experiencias y las cosas (buenas o malas) que te van quedando de cada uno de esos mágicos acontecimientos de amor, todo eso junto, te hace darte cuenta de que nada es igual, ni repetitivo, que es cierto que algunos patrones se pueden repetir (como en toda relación), sin embargo la marca de cada uno será sólo una y nunca volverá a pasar. Es por eso que las cuestiones de amor son tan complicadas, una tras otra se vuelve más fácil o más difícil. Adquirimos más confianza o la vamos perdiendo; aprendemos a ser más precavidos o nos confiamos demasiado. Pero a pesar de eso, lo que queda es lo valioso, lo que te marca y lo que nadie nunca te podrá quitar serán esos momentos únicos.

Sinceramente al amor lo he maldecido y le he metado la madre miles de veces; lo he vivido como cruda -de esas veces que al siguiente día de una borrachera dices "no lo vuelvo a hacer" pero traducido a "no me vuelvo a enamorar"-, y lo cumplo?...No, por más que lo prometamos, nunca le damos el debido cumplimiento; y no está mal, sino todo lo contrario, es tomar el riesgo nuevamente, aún estando concientes de que nos pueden volver a herir o que también podemos llegar a herir. Es tener la fuerza para seguir en la búsqueda del amor, en subirnos a la montaña rusa cuantas veces sea necesario para encontrar esa felicidad. ¿Qué más da? El amar es eso, llegar hasta el deleite, el extasis, perder el control y encontrar esa felicidad para compartirla con ese alguien...Ese alguien especial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario