¿Qué habría más allá?......
Sabía que su vida estaba abocada a un desenlace trágico y al mismo tiempo deslumbrante, que su fin era alcanzar la belleza de lo fugaz en un único instante mágico, en el que brillaría un momento para luego desaparecer. Sabía que ese ocaso definitivo significaba también la gloria, pero quería saber si había algo más. Deseaba ardientemente sobrevivir y sin embargo ansiaba el momento decisivo en el que, como una centella, surcaría el cielo y rompería la oscuridad con su torrente de luz para luego disiparse.
Le parecía terriblemente injusto haber vivido todos aquellos años de anonimato para lograr rozar durante unos pocos segundos la eternidad y luego perderla.
Ninguno de sus compañeros se planteaba esa cuestión. Ellos eran felices con su destino y acataban sin más la desaparición como algo inherente a sus vida.
Se había quedado solo en la caja. Todos los demás cohetes habían tenido su momento de gloria. Empezó a temer que a él se lo negaran, Se preguntaba si no era únicamente <<pólvora mojada>>.
Cuando le prendieron fuego, salió disparado como una exhalación, elevándose por encima de la gente. Segundos más tarde estalló en miles de partículas de chispeantes colores que revolotearon por el éter hasta que se desintegraron entre el entusisasmo general. La muchedumbre aplaudía enfebrecida. Nunca se había visto una traca final tan deslumbrante.
Una décima de segundo antes de desaparecer definitivamente, el cohete tuvo la certeza de que en las corrientes de la vida no hay ningún fin vano. Supo que volvería de nuevo en otra molécula de diferente composición. Por fin, había conquistado la inmortalidad: en ese mismo instante se convirtió en una estrella.
Tomado de "Historias de la otra Tierra" de Paloma Orozco Amorós.